Salud mental y salud ambiental. ¿Existe una relación real entre ambas?

Imagínate que te encuentras al principio de una relajación guiada. Seguro que, si has llevado a cabo alguna, la persona que te guía te pide que atraigas a tu mente la imagen de un paisaje o de un entorno positivo y relajante, ¿verdad? Seguro que también has escuchado alguna vez a alguien decir que las personas que viven en climas fríos tiene un carácter diferente a las que vivimos en climas cálidos.

Somos muchos los y las profesionales que recurrimos a la naturaleza como herramienta para trabajar la salud mental, y muchas las que dicen que hay relación entre ambas, pero ¿existe alguna relación real entre la salud mental y la ambiental? Acompáñanos a analizar el informe SESPAS 2020.

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La salud ambiental, defina por la OMS como «aquella disciplina que comprende los aspectos de la salud humana que son determinados por factores ambientales físicos, químicos y biológicos, externos a las personas», al menos en España y en relación con sus competencias dentro del sistema de salud general, ha centrado su atención en los aspectos relativos a los riesgos ligados a la contaminación física, química o biológica del aire, el agua o la tierra, así como a la relación de esto con la alimentación.

Aunque los riesgos ambientales, como la calidad del aire, las temperaturas extremas, el ruido, el cambio climático y distintos tóxicos ambientales pueden desempeñar un papel muy importante en las personas, difícilmente pueden ser identificados como elementos desencadenantes únicos y causantes, por tanto, de la llamada contaminación social y sus consecuencias.

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Contaminantes ambientales y salud mental

  • Calidad del aire

En los últimos años, una serie de estudios ha asociado la contaminación atmosférica con problemas de salud mental basándose en que los contaminantes del aire resultan tóxicos para el sistema nervioso central. También se ha argumentado que se dan más casos de alteraciones psiquiátricas en el medio urbano que en el rural, y que en países como China donde se ha producido una gran migración al entorno urbano, se ha encontrado un aumento de enfermedades mentales, respiratorias y cardiovasculares. Por tanto, aunque se necesitan más estudios para confirmarlo,  se plantea que la contaminación atmosférica podría incrementar el riesgo de alteraciones psiquiátricas como la depresión unipolar o el espectro autista, y podría agravar los síntomas depresivos.

  • Temperatura

La temperatura puede influir en el estado de salud mental y se han postulado varios mecanismos explicativos: uno hace alusión a la propia incapacidad de las personas con enfermedad mental de cuidarse por sí mismas; otro se justifica por el consumo de ciertos medicamentos, como antipsicóticos, antidepresivos, etc., y un tercer mecanismo tiene que ver con la alteración del sueño que potenciaría la vulnerabilidad, en este caso, de las personas mayores.

Son varios los estudios que hablan de la relación entre las altas temperaturas y el aumento de ingresos debido a trastornos mentales como esquizofrenia o trastorno bipolar, y la asociación entre la mortalidad por suicidio y el calor (más en hombres que en mujeres). Por último, cabe citar un trabajo español que relaciona la temperatura ambiente (ola de calor) con el aumento de la violencia de pareja. En este caso, los autores señalan la imposibilidad de controlar por el factor consumo de alcohol, que podría estar muy ligado, a su vez, con las altas temperaturas.

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  • Ruido

A finales del año 2018, la Oficina Regional para Europa de la OMS editó el documento Environmental Noise Guidelines for the European Region, donde se estudió la relación entre el ruido ambiental (aviones, trenes, etc.) y la calidad de vida, el bienestar y la salud mental. Los efectos que se contemplaron fueron la cifra de consumo de medicamentos para tratar la ansiedad, la depresión y otros trastornos; la depresión, la ansiedad y síntomas psicológicos autorreferidos, y la depresión y la ansiedad diagnosticadas por entrevista médica.

Un estudio español llevado a cabo durante 2010-2013 encontró relación entre la superación del umbral de ruido de tráfico definido por la OMS durante el día (65 dB) y la noche (55 dB), con la tasa de suicidios en Madrid.

  • Cambio climático

Aunque hay estudios donde no se recogen potenciales efectos sobre la salud mental del cambio climático, sino que apoyan que son aspectos concretos como huracanes, tsunamis, etc., hay trabajos que recomiendan, con visión de futuro, incorporar medidas de salud mental en los programas de adaptación al cambio climático que pongan el énfasis en la población infantil, ya que, presumiblemente, sería la más vulnerable.

Además, también se señala la relación entre la exposición a determinadas sustancias químicas en etapas de especial vulnerabilidad como son los momentos de desarrollo intrauterino y los primeros años de vida, con la presencia de déficits de atención, aparición del trastorno del espectro autista o TDAH. Por ejemplo: el plomo, incluso a dosis muy bajas, puede provocar efectos neurológicos importantes, como bajo coeficiente intelectual y su correlativa disminución del rendimiento escolar, afectación del lenguaje y de las habilidades verbales, actitudes violentas, etc.

Por otro lado, también están aumentando las pruebas que sugieren una relación entre los contaminantes ambientales y la demencia y la enfermedad de Alzheimer.

La aparición de trastornos mentales tiene una estructura multicausal pero, como acabamos de comprobar, son muchos los estudios que señalan una relación clara entre salud mental y salud ambiental. Cabe destacar la importancia de seguir investigando para conocer con más exactitud las relaciones que se están produciendo. Aún así, disponemos de una gran cantidad de información que señala la necesidad de hacer hincapié en el cuidado de la salud mental ante el momento que estamos viviendo, donde el cambio climático es un hecho demostrado, y ya estamos comprobando los efectos en nuestro entorno más cercano.

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Recuerda que tenemos tres casas: el planeta en el que vives, tu domicilio habitual y tu cuerpo, y es fundamental cuidar de las tres.

I EXPERTO EN ECONOMÍA CIRCULAR

¡El 2021 viene cargado de nuevos proyectos!

Estamos encantadas de poder participar como formadoras en el I EXPERTO EN ECONOMIA CIRCULAR de la Universidad de Cádiz, que se impartirá de marzo a septiembre de 2021, a través de Campus virtual UCA.

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10 maneras de ser más sostenible en 2021

Hay algunas fechas en el año que nos incitan a marcar un inicio, un nuevo punto de partida para marcarnos ciertas pautas u objetivos. Puede ser un lunes, el día 1 de cada mes, el día de nuestro cumpleaños, la vuelta a la rutina de septiembre… O, como es este caso, la entrada del año nuevo.

Acabamos de salir de un año complicado, que nada tendrá que envidiar a este 2021, pero que nos ha mostrado muchas caras de la misma moneda. Y una de esas caras ha sido, sin duda, el efecto directo que tenemos sobre el Medio Ambiente. Por ello, queríamos arrancar este año dándoos algunas orientaciones sobre cómo llevar un estilo de vida más sostenible, evitando afectar de una forma tan negativa a nuestro planeta y, de paso, ahorrando unos euros.

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10 orientaciones que nuestro día a día sea más sostenible.

  1. Compra ropa/zapatos de segunda mano. Quizás nunca te lo hayas planteado, pero se fabrican más de 100.000 millones de prendas nuevas cada año. Y todos/as sabemos que, muchas de esas prendas, terminan olvidadas en el fondo de muchos armarios. ¿Y si le damos una nueva vida? Puedes hacer mercadillos de intercambio con tus amigas/os, buscar en app’s de compra-venta, tiendas especializadas… Hoy en día hay muchas opciones para darle nuevas vidas a lo que ya no queremos.
  2. Consume de forma responsable en base a tus necesidades reales. Ordena tus espacios y comprueba qué tienes y qué necesitas realmente. Quizás ese abrigo nuevo es precioso, pero tienes otros tres mirándote desde el perchero y diciendo que ya es hora de que los uses. Y no olvides cuidar tus pertenencias para que te duren mucho más tiempo, porque se estima que un 25% de la huella de carbono de una prenda procede de la forma en que la cuidamos.
  3. Lee las etiquetas para ver la composición de la ropa o los zapatos que quieras comprar, pero también vale para comida, productos de limpieza… Decídete por aquellos que estén fabricados con materiales orgánicos y sostenibles, por aquella comida que esté elaborada con materias primas de cercanía y respetuosas con el medio ambiente, o utiliza productos que limpieza que no generen microplásticos. ¿Sabías que se emplean hasta 10.000 litros de agua para hacer un pantalón vaquero, y que el 100% del agua embotellada que consumimos contiene microplásticos? Puedes evitar que tu lavadora los desprenda utilizando filtros, bolsas de lavado …
  4. No te dejes llevar por las apariencias. Muchas marcas se han unido al carro de la sostenibilidad, pero solo para ganar seguidores. Lee e infórmate de aquellas empresas que llevan a cabo políticas justas y responsables. A todas las personas del mundo le ha afectado la situación de pandemia, así que ahora es el mejor momento para saber de dónde viene la mano de obra de nuestros productos, y en qué condiciones se fabrican. Quizás es mejor comprar menos y pagar un poco más, pero comprar mejor.
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5. Cambia el formato de tus compras. Este puede ser un buen momento para utilizar champús, geles de baño, pastas de dientes o desodorantes en formato sólido, por ejemplo, alejándonos así de los botes de plástico. Prueba también a fabricar tus propios productos de limpieza reutilizando los envases que ya tienes, y utilizando ingredientes naturales y sostenibles.

6. Que los términos cruelty-free o waterless no te suenen a chino. Como te decíamos más arriba, lee bien las etiquetas y busca información de las marcas antes de comprar. No basta que te digan que no testa en animales (cruelty-free) si lo que quieres es reducir el impacto en el medio, por lo que también es importante que compruebes que los productos no llevan ingredientes de origen animal. Además, a ser posible elige cosmética sin base acuosa (waterless) para reducir así tu huella hídrica.

7. Si eres una persona que menstrua, plantéate utilizar productos más sostenibles para los días de regla. Las compresas están fabricadas con un 90% de plástico que tarda unos 500 años en degradarse; se calcula que una mujer puede usar entre 8.000 y 17.000 tampones a lo largo de su vida, por lo que cada año se desechan unos cien mil millones de productos para el cuidado de la menstruación en todo el mundo. Afortunadamente, hoy en día tenemos muchas alternativas como son la copa menstrual, braguitas menstruales, compresas de tela o tampones de algodón orgánico.

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8. Utiliza alternativas vegetales en tu alimentación diaria, y dale más peso a la compra de alimentos de cultivo sostenible. Afortunadamente, son muchos los estudios que han demostrado que llevar una alimentación vegetariana, ovolactovegetariana, vegana o similar, es perfectamente compatible con la salud. Llevar una dieta vegetariana puede reducir las emisiones de nuestros alimentos en torno a un 73%.

9. Muévete de forma sostenible y responsable. Nos hemos acostumbrado a utilizar el coche, y más en esta época donde evitamos las aglomeraciones y el contacto social. Pero plantéate si el lugar al que vas tiene fácil acceso, o si sería más conveniente desplazarte en transporte público o bicicleta.

10. Infórmate, opina y actúa. Nuestra voz y nuestro voto son fundamentales para implantar políticas sostenibles y responsables con el medio ambiente. No es lo mismo tener nuestro dinero en un banco que invierte en combustibles fósiles, por ejemplo, que votar a partidos que incluyen medidas contra el cambio climático. También puedes unirte a grupos locales de activistas, proponer jornadas de reforestación a las autoridades de tu municipio, etc.

Como habrás comprobado, son muchas las formas que tenemos a nuestro alcance para alcanzar una vida mucho más sostenible. Al principio, es problema que te sientas perdido/a, que tengas que hacer una pequeña inversión económica o temporal, o que creas que tú solo/a no puedes cambiar las cosas. Pero no estás solo/a, cuentas con una red muy amplia y nosotras estamos aquí para ayudarte en lo que necesites.

¡Entre todos/as podemos hacer de este un mundo más sano!